Marketing por Referencias

Ante la proliferación de iniciativas que van surgiendo bajo el paraguas del networking, conviene decir que muchas de sus manifestaciones no están organizadas, como los afterworks o los breaks entre sesiones en el marco de congresos y reuniones. Por ello, nos vamos a centrar en los clubs de negocios que practican el marketing por referencias.

A cambio de una cuota anual, estas redes ofrecen a sus miembros, que habitualmente tienen el derecho de bloquear la entrada de la competencia en el grupo, la oportunidad de establecer un contacto periódico entre profesionales y empresas con el objetivo principal de intercambiarse referencias en función de las relaciones de confianza que el sistema facilita y promueve.

Por tanto, el valor de estas recomendaciones es lo que debe motivar la decisión profesional de la inversión, cuyo retorno conviene situar en el medio plazo ya que los contactos se van a ir produciendo a medida en que una empresa nos merezca confianza y viceversa. De otra parte, el posible cierre de operaciones comerciales con terceros lleva su tiempo. 

El método que un buen club dispone incluye, además de la convocatoria regular de sesiones plenarias, actividades complementarias: formaciones, realización de presentaciones, atracción de invitados para facilitar nuevos contactos, gestión exclusiva con grupos de interés, conexión con asociaciones y organización de eventos lúdicos.

Se deduce, por la naturaleza de estos servicios, que la mayoría tendrá que contar con el compromiso de las empresas que conforman el grupo. Otras propuestas, de ámbito reducido,  se lanzan para ayudar a determinados socios. También se generan actividades voluntarias de ocio para apoyar una buena conexión interpersonal a través de la cultura, el deporte y la gastronomía.

Sin duda, el incremento de operaciones comerciales y de la cuenta de resultados nos mueve a compartir tantos recursos y tiempo. Ahora bien, es fundamental tomarse en serio el win to win que debe presidir la dinámica. En este sentido, actitudes encaminadas exclusivamente a vender están condenadas no sólo al fracaso personal, sino al de la red en que estemos integrados. 

Consideremos, además, los beneficios intangibles que una sistemática correcta nos va a aportar, particularmente si somos pequeña empresa, y no digamos microempresa, en muy diversos ámbitos:

  • Aprendizaje continuo en habilidades transversales sobre gestión empresarial, particularmente en finanzas, comercialización, comunicación y nuevas tecnologías. 
  • Reputación, tanto para quien da una buena referencia como para quien la utiliza con criterio.
  • Resolución de problemas personales y profesionales con proveedores solventes.
  • Ampliación notable del círculo de relaciones y contactos.
  • Acompañamiento en situaciones de crisis. 
  • Actualización permanente en cuanto a legislación y modelos empresariales.

En el caso de las grandes compañías, es obvio que sus necesidades son bien distintas, pero también es interesante su desempeño en clubs reservados a corporaciones, desde el punto de vista del contraste de las tendencias geoestratégicas de los mercados y la economía en una coyuntura de cambio disruptivo marcada por la transición verde y digital.

Mis años de experiencia en redes para el desarrollo de negocios, bien nacionales o supranacionales, tanto como miembro como en equipos de dirección, me llevan a expresar mi convencimiento sobre la gran utilidad de estos sistemas para el crecimiento de las empresas y de sus cifras de negocio.